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10/4/16

NOTICIA : AMOR CIEGO DE SERGIO SOLA PONCE Y ADIOS, MAMI, ADIOS DE MAR ALVAREZ


Este pasado sábado a sido premiado mejor MICRORELATO ...  SERGIO SOLA PONCE con AMOR CIEGO y a Mar Alvarez con ADIOS, MAMI, ADIOS en el Books´Ladder de Barcelona.

R.CHERRY - SERGIO SOLA - MAR ALVAREZ


AMOR CIEGO -
Por Sergio Sola Ponce

Cierra los ojos. No sigas leyendo. Solo escucha tu propia voz. Piensa en esa persona, la que tú y yo sabemos. La tienes a todas horas en tu mente así que debe ser fácil. ¿Ya la tienes?
Huele la dulce fragancia que deja a su paso. La misma que percibes cuando coges una prenda suya y la acercas a tu nariz para imaginar que está a tu lado. Su perfume está grabado a fuego en tu recuerdo y cuando lo hueles por la calle tu mente se traslada a su lado.
Siente el contacto de su piel con la tuya. Cómo instintivamente estiras la mano en busca de la suya y os cogéis. Uno siempre al lado del otro, siempre apoyándose en el otro. Esos abrazos eternos donde el tiempo se detiene y nada más importa. Nota su calor en tu pecho, con su cabeza hundida entre tus brazos.
Disfruta el sabor de sus labios. La mayor adicción que conoces. No sabes por qué, pero tu cuerpo los necesita. Son el mayor manjar que has saboreado. Desde aquel día que los probaste, tu vida cambió. Ahora sabes que sin ellos, todo sería mucho más triste. Un solo beso suyo y todo tu día mejora.
Escucha el sonido de su voz. Desde el más leve de los susurros al más profundo de los gemidos. Cada palabra suya es néctar para tus oídos. Sus palabras son la brújula que hace que dejes de navegar a la deriva. Podéis estar horas conversando y siempre te parecen pocas.
Ahora abre los ojos. Mira a tu lado. Sabes que está allí. Mira al futuro. Quieres que esté allí.
¿Has necesitado abrirlos para saber que quieres pasar el resto de tu vida a su lado?
Yo no.




- ADIOS, MAMI, ADIOS -
( Basado hechos reales) 
Por Mar Álvarez

Te fuiste una calurosa mañana del mes de julio. Apenas quince días antes habíamos estado juntas en tu habitación del hospital, bromeando sobre mi embarazo y mostrándote orgullosa ante las enfermeras de las nietas que venían en camino. Jamás olvidaré que ese día era jueves, y que aquella mañana nos despedimos con un “nos vemos el fin de semana, mami. El sábado vendré a verte”. “Si, cariño”, contestaste sonriente. Y aquella fue la úl ma vez que te vi. La úl ma vez que pude besarte. Pocas horas más tarde comenzaría nuestra pesadilla, anunciada por teléfono a causa de complicaciones imprevistas. Y debido a mi estado, no me permi eron entrar a verte, ni siquiera para despedirme de . Y una mañana te fuiste. Sin crear problemas, que hasta para eso quisiste ser discreta. Pero siempre me quedó el hondo pesar de no haber podido despedirme de , de poder darte ese úl mo beso que calmara mi alma, porque todos me decían que era lo mejor. Que el úl mo recuerdo que guardara de no fuera tu imagen moribunda sobre la cama de un hospital, como si el hecho de haber podido decirte adiós pudiera cambiar todos y cada uno de los momentos compar dos. Y varios meses después de aquello, cuando menos lo esperaba, viniste a mí. Nunca he creído en el más allá. Pero debido a mi educación, traté de consolarme pensando que en el cielo había un nuevo ángel que velaría por mí y por mi nueva familia. Y aún así, eso no era suficiente. Quizás lo supiste. Quizás lo vieras desde ahí arriba porque, una noche, a través de mis sueños, regresaste. Tuve la oportunidad de decirte cuánto te echaba de menos y lo mucho que te necesitaba, y tu te limitaste a contestar: “Lo se, hija, lo se”. Y después me besaste en la frente, como lo habías hecho en tan simas ocasiones. Y para mí fue un beso tan real y tan sen do como si aún estuvieras entre nosotros. Se que viniste a despedirte de mi, a darme ese beso que no pudiste darme durante tu convalecencia, y que yo siempre había anhelado desde que te marchaste. Y aunque aquella mañana desperté con los ojos anegados en lágrimas, una sensación de paz interior inundó mi corazón, porque aunque fuera a través de los sueños, no me cabe duda de que eras real y que habías bajado desde ahí arriba para dar consuelo a mi desolado corazón. Y día tras día, cuando me voy a dormir y antes de caer en los brazos de Morfeo, te deseo buenas noches, como siempre, y sigo esperando a que en cualquier momento tengas a bien volver a visitarme, para poder contarte lo hermosas que son tus nietas y lo orgullosa que te sen rías de ellas. Aunque estoy segura que eso tu ya lo sabes, ¿a que si, mami?.


Desde aqui queremos daros la enhorabuena.

- Sergio esperamos que te animes en un futuro a escribirnos una novela Romántica juas juas ya sabes que lo de nosotras es pedir jiji.

- Mar nos has hecho emocionar es realmente precioso.



Esperamos que os gusten los microrelatos y si es  así no os olvidéis dejaros un comentario.



Ahora solo nos queda despedirnos.
Nos vemos en el la próxima entrada.

Un saludo.


1 comentario: